miércoles, 13 de noviembre de 2019

Todos necesitamos recibir bendiciones que nos mejoren, que nos llueva y nos calemos de buenas energías.



La medida estrella de la derecha para activar la economía es que las grandes empresas paguen el mínimo de impuestos. El neoliberalismo propone solucionar los problemas económicos desregularizando el mercado haciendo gala del principio liberal de que el mercado se regula solo, que no necesita leyes que lo regulen.
Cuando la izquierda propone que las grandes empresas sean las que paguen más y no las que paguen menos como es lo que ocurre en realidad, los partidos de derecha responden fomentando la alarma de que no se les puede obligar a las grandes empresas a que paguen más porque si no, se van y no dan trabajo. Acusan a la izquierda que por tal motivo va a ser la culpable de que el país, con la huida de las empresas buscando paraísos fiscales, se vaya a pique. Vende la derecha que la izquierda, por lo tanto, es la causa de todo estancamiento económico.
Cuando gobierna la derecha, que defiende al sistema tal cual, que no pone exigencias ni control a las grandes empresas porque comparten ideología, el poder real que es el económico, favorece a sus gobiernos. Pero en el momento en que hay posibilidades de que un gobierno que representa derechos de los trabajadores y de las mayorías sociales gobierne, entonces no apoyan a los gobiernos de izquierda, sino que les hacen la vida imposible desde la posición que les da su dinero. No quieren aceptar el principio de que si son los que más ganan deben pagar un poco más en función de la cantidad de beneficios que obtienen. Cuentan con el control y dirección de gran cantidad de entes económicos financieros a través de los cuales impactan en las condiciones económicas de un país y pueden boicotear económicamente al gobierno que no los favorezca a ellos
A mí me llama la atención que cuele el discurso de que la izquierda lleve a los países a la bancarrota por hacer que las grandes empresas paguen un poquito más, y no se llame a la atención del hecho de que las empresas no quieran colaborar con las economías de los países aportando parte de los beneficios que los empresarios por sí solos y sin el concurso de los trabajadores no podrían haber obtenido nunca; que prefieran la ruina de una comunidad antes que desprenderse de un poquito de su riqueza para colaborar con el bien común.
El sistema le otorga a la clase empresarial el privilegio de hacerse con la propiedad de los productos que salen de las manos de los trabajadores y de los medios de producción que se van creando invirtiendo en ellos parte de los beneficios del trabajo; y también el privilegio de tomar decisiones, al margen de los trabajadores y de la sociedad en general, sobre la empresa para cerrarla o llevársela a cualquier lugar. A todos esos privilegios el capitalismo los llama libertad de mercado. Yo también creo en la libertad, en la libertad para emprender, para tomar iniciativas... Pero además creo que la libertad nunca debe suponer un abuso de poder sobre los demás, ni toma de decisiones en beneficio sólo de unos pocos y en perjuicio para las mayorías, ni que nadie se apropie individualmente de los productos que se han fabricado por medio de una participación colectiva.
Lo lógico y lo ético es que la riqueza que se crea con la participación de un equipo de personas, cada una con su función y su aportación, se reparta justamente y que nadie se apropie de forma inmoral de la mayor parte de ella en perjuicio de los que se quedan casi sin nada.
No es que los empresarios sean malos, que habrá de todo, es que los más grandes lo que demuestran en la práctica es que no quieren desprenderse de sus privilegios y temen perder su poder. Evitan por todos los medios que puedan gobernar grupos que les exijan que se recorten ellos un poquito para que los recortes no sean siempre por abajo y contra los más pobres. Temen que les impidan tomar ellos mismos las decisiones que les dé la gana en favor de sus propios intereses y sin tener en cuenta a nadie.
La derecha desde la liberal hasta la extrema que ahora también es neoliberal en lo económico, tiene de su parte al poder real, que es el poder de las grandes fortunas y los grandes bancos. La izquierda no cuenta con ese poder sino con la oposición de ese poder. Y ese poder es muy poderoso.
Si todas las personas que conformamos las mayorías sociales, tuviéramos suficiente madurez, responsabilidad democrática y cívica y conciencia de nuestros intereses como mayoría social, seríamos capaces de unirnos en torno a un programa que ofrezca una alternativa económico social justa para todos que acabara con el oligopolio del poder económico, al mismo tiempo que se evitaría por medio de herramientas de control ciudadano que ningún gobierno de atreviera a limitar las libertad de expresión, prensa, asociación, manifestación pacífica y demás libertades democráticas.
La derecha augura los mayores males para este posible gobierno de coalición, pero como a cualquier otro gobierno de la tendencia que hubiera sido le deseo que gobiernen sin caer en ninguna tentación de corrupción y que pongan todos los medios para que haya condiciones y medidas para que no pueda darse. Les deseo que llegue a buen término su acuerdo y que tengan la inteligencia y habilidad necesaria y suficiente para lidiar exitosamente con la oposición, resistencia y ataques con que los van a tratar las grandes empresas y bancos. Sólo con el apoyo decidido de la mayoría de la población esos poderosos entes económicos se prestarán a colaborar con el bien común. Les deseo que sean fieles durante su gobierno a los principios socialistas y no terminen corruptos y defraudando convertidos en traidores. Les deseo que acierten y tengan éxito en el desarrollo de sus políticas y proyectos públicos. Y que tengan el talante, la capacidad, la gracia... para negociar la solución de los conflictos territoriales de manera justa y solidaria para todos, que sirva de verdad para unir con lazos fraternales y no como producto de ningún tipo de imposición. Les deseo crean en Dios o no, que Dios los bendiga y que nos bendiga a todo el mundo, que bendiciónes nos hace falta para relacionarnos mejor.

lunes, 12 de agosto de 2019

Necesitamos un cambio para superar las penurias.


Llegan pobres, tienen que comer, tienen que vivir y crean temor. Nuestros pobres lo pasan mal,ya no caben más pobres, no hay migajas para tanto pobre cuando no hay para los de toda la vida de aquí. Eso es una situación real y una percepción real.
En África hay países en guerra, hay sequía, hay hambrunas, hay epidemias... Hay más países en Asia con guerras, dictaduras... Hay gente que huye. ¿Y que es lo que proponemos? ¿Los dejamos que se ahoguen en el mar? ¿A los que consiguen alcanzar nuestras costas los recibimos a cañonazos?
Y como el cambio climático vaya a más, cada vez habrá más movimientos poblacionales y más presión sobre los países en mejor situación. Tal vez nos toque también a nosotros o a nuestros hijos o nietos tener que salir de nuestro país atacado como otros también por hambrunas debidas a la sequía, la desertización y la falta de agua. Los ricos no tendrán tanto problema, serán mejor recibidos en cualquier sitio, pero los pobres...siempre los pobres ¿dónde los querrán? Buenos o malos a todos los verán como una carga o mucho peor como un peligro. Sea de la nacionalidad que sea, el inmigrante pobre siempre es mirado con desconfianza y rechazado allá donde vaya.
Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en el estado de las cosas, los pobres por conformarnos y tolerarlos, los poderosos, los que tienen la sartén por el mango, porque son los que toman las decisiones que benefician sus intereses y tratan de imponerlas desde su posición de poder con todas los medios a su alcance.
¿Y qué? ¿Cómo arreglamos esto? ¿Se arreglarán nuestras penurias y se elevará nuestro nivel de vida por el simple hecho de que dejen de llegar inmigrantes o se expulse de inmediato al que ocupa ilegalmente una casa? Evidentemente la inmigración es un problema que puede generar conflictos y habrá que ver como casamos la solidaridad con personas necesitadas de auxilio con evitar los problemas de inseguridad que pudieran crear inmigrantes poco civilizados. Y a la ocupación de una casa también habrá que prestarle la atención debida y expulsar al ocupador de forma inminente o abrir un proceso de negociación según el caso y las características de la ocupación.
Pero aunque estos problemas necesitan solución y hay que dársela no arreglan el problema de fondo de acabar con las penurias.
Mientras que la base de la economía y su principal objetivo sea la obtención de los máximos beneficios empresariales y no cubrir las necesidades reales de la gente, acabar con la pobreza y que haya justicia social, las penurias van a subsistir. Mientras que el poder económico y con él el poder de tomar decisiones claves para la humanidad lo detenten las grandes fortunas, los grandes bancos, las grandes multinacionales, y la gran mayoría de las personas, que somos el resto, no tengamos voz ni voto, porque los gobiernos no nos representan, porque los poderes políticos o se corrompen y le hacen el juego al poder económico o si no se lo quieren hacer, se encargan de evitar que gobiernen o de eliminarlos de una forma u otra, las penurias van a subsistir para una inmensa mayoría aunque no haya inmigrantes ni haya ocupas.
Ahora mismo estamos desunidos, y discutimos entre nosotros, entre los que compartimos nuestra dependencia de un trabajo asalariado.
Hace falta mucho talento para elaborar una buena estrategia que movilice y aproveche todo el potencial de cambio que tenemos cada uno, a través de nuestros compromisos como demócratas, trabajadores, ciudadanos y consumidores responsables y exigentes con nosotros mismos y con los gobernantes, que consiga superar los prejuicios de las viejas ideologías que nos dividen y nos una en torno a la defensa de una democracia real y de nuestros intereses comunes.

viernes, 8 de junio de 2018


Me resulta desagradable esos insultos cruzados de los que entre sí se llaman escoria, hp. o basura por pensar diferente o por haber hecho una crítica a su bando. Llamarse basura, hp. o escoria sienta mal al que recibe el insulto y a parte no sirve para que nadie aprenda nada ni lo haga más consciente de sus propias creencias ni de las creencias de quien le insulta.
Yo tengo amigos y familiares tanto de izquierda, centro o derecha y todos son buenas personas, son trabajadores y trabajadoras responsables, buenas compañeras y compañeros de trabajo, son honestos, generosos, solidarios (en masculino o femenino me refiero siempre a los dos géneros) y lo mismo que yo, quieren servicios públicos de calidad, condiciones de trabajo dignas y que se acabe la corrupción, cada uno tiene su opción política que respeto, porque sea cual sea la adoptan desde su convicción de que es la mejor. Creo que es desde el respeto que debemos comunicarnos y manifestarnos exponiendo lo que cada uno pensamos, estoy convencida de que escuchándonos unos a otros es como aprendemos y nos hacemos más conscientes tanto de los demás como de nosotros mismos.
Ya sé que a los que piensan como yo, los llaman algunos escoria comunista (yo no soy totalitaria ni antidemócrata, soy liberal en cuanto a libertades políticas se refiere)  y cosas tan bonitas como esa, pero me da igual. Yo estoy convencida de la bondad de mis creencias y no le deseo mal a nadie, creo que en una sociedad verdaderamente justa todo el mundo sale ganando.
Soy anticapitalista en lo económico  porque considero una injusticia que un empresario pueda aprovecharse de la debilidad económica y las necesidades básicas de una persona que vive de su trabajo para imponerle condiciones laborales precarias, podrá ser legal pero justo no es. Al igual que el estado protege la propiedad privada especialmente la de los grandes propietarios contra los robos, si el estado protegiera a los trabajadores de forma efectiva de poder ser abusados por condiciones laborales precarias que hacen que los trabajadores no salgan de pobres y que los empresarios de éxito cada vez sean más ricos, no sería una medida contra la libertad de mercado como pretende hacer ver la ideología liberal y neoliberal sino una medida de justicia. Si por ley se promulgara el derecho de los trabajadores a participar de la propiedad de los resultados de su trabajo y de los beneficios conseguidos de su venta no sería una ley en contra de la libertad de mercado sería una ley de distribución justa de la riqueza. No se puede llamar libertad al derecho otorgado por ley a que sea el empresario quien se adueñe en exclusividad del producto del trabajo y sus beneficios, no es libertad, es poder. Se adueña porque en un sistema capitalista la ley otorga derechos al empresario que niega al trabajador, porque el dueño del dinero impone su poder.
El sistema capitalista presenta al empresario de éxito como el prototipo del gran triunfador y ser superior, superioridad que se supone mayor cuanto mayor sea su poder y riqueza acumulada suponiendo que ha sido un mérito individual suyo el conseguirla. Por el contrario, presenta al trabajador como el ser fracasado que no ha sabido ni ha hecho méritos para salir de su condición de asalariado y si por circunstancias de la vida la persona no consigue ni siquiera un trabajo pues ya es más fracasado todavía. Y de ahí que tantos trabajadores renieguen y estén frustrados de su condición de trabajadores y su máximo deseo y sueño sea ser ricos.
Cualquier alternativa que se plantee ganar derechos para los trabajadores y una distribución justa de la riqueza que evite las grandes diferencias que existen ( y que se han incrementado con la crisis) entre la minoría más rica y la inmensa mayoría de personas que dependen de un salario por su trabajo, es respondida por los mecanismos de defensa y mantenimiento del sistema con ataques a todos los niveles. Siempre van a intentar asociarlas con los peor del ser humano y con las mayores catástrofes para hacerlas fracasar a cualquier coste.
En todos los sectores y clases sociales hay gente buena y mala, cruel y compasiva, egoísta y generosa, sincera y mentirosa, honesta e indecente…. Una persona que trabaja para que los trabajadores ganen derechos y les sean reconocidos, necesariamente no tiene que ser perfecta porque no lo es nadie. Si yo estoy de acuerdo con una serie de ideas porque creo que son justas, no por eso voy a pensar que vaya a estar de acuerdo al 100% con las personas que coinciden conmigo en esas ideas. También acepto que puedan tomar decisiones equivocadas a causa de la inexperiencia y falta de datos, no por eso voy a dar por bueno un sistema, el capitalista, que no lo es (ni mucho menos el mejor como les interesa mostrarlo a sus representantes) Las medidas, comportamientos, actitudes, iniciativas… que vayan cambiando y transformando al sistema se irán fraguando continuamente a través de la diversidad de interacciones entre todos los agentes que intervienen en la sociedad con sus más y sus menos, aciertos y errores, tiras y aflojas…
Un buen cristiano que cree en la doctrina que predicó Jesucristo no deja de creer en ella auténticamente porque haya curas pederastas o la jerarquía de la iglesia en un momento dado se haya corrompido o haya cometido actos impropios de  buenos cristianos. Ni Jesucristo ni su doctrina son los culpables de esos desvaríos propios de la debilidad moral humana; igualmente creo que creer en la necesidad del reparto justo de la riqueza y de la necesidad de superar las contradicciones e injusticias del sistema actual capitalista que generan  desigualdades inaceptables, es una empresa noble y vale la pena esforzarse, a pesar de los fracasos que otros intentos han experimentado, y trabajar  con perseverancia en la dirección de ir evolucionando hacia modelos en los que se valore el trabajo como merece,  se actúe de forma cooperativa y participativa en empresas comunes, se respeten los derechos humanos, y las libertades individuales en el campo de lo personal, la democracia representativa conviva con la democracia participativa y las leyes garanticen que unas personas no puedan abusar de otras ni enriquecerse, a costa de apoderarse de lo que pertenece a otras.
No veo que los partidos liberales y neoliberales en su defensa de la libertad de comercio y en su propuesta de no regulación del mercado estén interesados especialmente en reconocer los derechos del trabajo sino todo lo contrario y no he visto que la desregulación del mercado se dirija hacia situaciones de mayor libertad, lo que veo es que se dirige a través de la ley del más fuerte, hacia la consolidación de monopolios y  a la concentración, cada vez más, de la riqueza en pocas manos. Su reforma laboral directamente beneficia a la patronal. Sus propósitos privatizadores van en detrimento de la educación, la sanidad y las pensiones publicas. Desfavorecer a las pensiones y a la escuela pública a favor de lo privado ya es intolerable y el remate, hacer de la sanidad, como pretenden, un negocio lucrativo es lo más alejado de la ética que pueda darse.
Cuando la meta prioritaria de un proyecto es la consecución de los máximos beneficios para los que invierten dinero, especulan o prestan a intereses abusivos, es absurdo creer que de esos propósitos vayan a derivarse por arte de magia que desaparezcan las injusticias y los abusos contra los trabajadores. El aumento de la productividad produjo la reducción de la pobreza extrema en los sectores que accedieron a un puesto de trabajo, pero a lo que más ha contribuido ese aumento de la productividad ha sido al enriquecimiento de una minoría empresarial que se vanagloria de haber creado trabajo, pero no agradece ni reconoce que el aumento de su riqueza ha dependido de todos los trabajadores que han participado en su proyecto. Los sectores ultra conservadores, conservadores y  neoliberales además de poder ser malas personas (que los habrá mejores y peores, de todo) defienden y pretenden perpetuar una ideología económica capitalista con la que estoy en desacuerdo. Las personas que se preocupan de crear alternativas superadoras de las contradicciones del sistema capitalista también las hay mejores y peores, pero son las personas que coinciden conmigo en la necesidad de que es menester que se produzcan cambios y transformaciones en la manera de producir, repartir la riqueza y relacionarnos de forma más democrática. Es en comunicación e interacción, contrastando experiencias, dialogando, estudiando, examinando, reflexionando, haciendo crítica constructiva y autocrítica… como se va avanzando, se va aprendiendo, se va mejorando.

miércoles, 2 de agosto de 2017

La realidad debería se descrita respetando la verdad con total objetividad, libre de mala intención y de la ceguera ideológica que impide reconocer algunas de las partes.

Creo que la verdad es un arma poderosa para trabajar por un verdadero cambio dirigido a la mejora de las sociedades, y debería ser la bandera de todos aquellos/as que se lo proponen.
Observo como utilizan la mentira directamente inventando falsedades, o cuando  intentan que se entienda mal lo que dice el adversario, manipulando la información para que parezca que dice lo que les conviene, o cuando  entresacan de contexto expresiones que así sacadas de contexto se entienden mal, y me indigna, pero entiendo que la mentira (aunque existan las piadosas) es un arma malvada para conseguir objetivos interesados.
Me indigna observar como tergiversan y manipulan las noticias sobre Venezuela  la prensa propiedad de grupos neoliberales apoyando las acciones violentas de la oposición que justifican, y presentando a Maduro y su gobierno como los únicos antidemócratas. Y valoro y admiro la valentía de IU y comunistas (son los únicos que he visto que lo hacen)  para, contracorriente, desenmascarar las intenciones golpistas de la oposición extremista venezolana, y denunciar sus acciones violentas y antidemocráticas, que la prensa del sistema imperante ignora o justifica. Es curioso que  EEUU y sus países aliados occidentales sólo intervienen y les preocupa la corrupción y la falta de democracia en los países donde se ponen trabas a sus negocios para obtener todos los beneficios deseados, o sus empresas tienen que pagar más impuestos, o donde existe el peligro de que eso ocurra, dándoles igual la falta de libertad y la corrupción en los países con los que sus empresas neoliberales llegan a jugosos acuerdos comerciales.
Pero también me decepciona que la izquierda no sea crítica con el gobierno de Maduro, que no reconozca, ignore o no denuncie la situación de corrupción que existe en ese país, que no esté más pendiente de cuando hay abusos de poder, que no le intranquilice que la constituyente sea un ente que dé mayor poder al presidente y que siente las bases de un estado con menos garantías democráticas. Estoy convencida de que cuando un gobierno tiene que mantenerse a base de represión, ese país no va bien encaminado ni enfocado.
Creo que cuando el verdadero objetivo que se busca es un estado de justicia, libertad …. hay que reconocer la verdad entera y ser consecuente.

Me parece que por parte de la oposición extremista no son correctas sus protestas violentas,  que podía haber esperado a la fecha que corresponde a las próximas elecciones. Si no lo ha hecho es por sus intenciones golpistas. Y Maduro si no tuviera miedo a perder,  convocaría elecciones libres ya, y evitaría continuar con enfrentamientos que pueden llegar a ser trágicos para el país.

(Hablar sobre algo de lo que no se tiene conocimiento basado en observaciones directas sobre la realidad tiene el riesgo de que hay que guiarse por las declaraciones que se reciben por medios de información públicos y evidentemente se interpretan a través del filtro de la propia inclinación.)
Pero lo más importante es que todos los conflictos del mundo se resuelvan de forma que supongan un progreso hacia la mejor convivencia y situaciones de mayor justicia y libertad.

domingo, 12 de julio de 2015

Unidad y empoderamiento popular

Un sistema que concentra cada vez más la riqueza en pocas manos en base a la explotación de la clase trabajadora que queda excluida de los beneficios producidos y a la que se le ofrece a cambio de su trabajo el menor salario posible, no es un sistema justo.  Es un sistema que genera una desigualdad cada vez mayor. Y si a la explotación del trabajo unimos la corrupción que desvía los fondos públicos hacia el beneficio privado la injusticia se hace mayor. Un sistema que llama flojo al pobre. ¿Y no es flojo el que vive invirtiendo y sin trabajar, recogiendo los beneficios de los que se desloman trabajando? ¡Ah, no! Ese no es flojo, ese es lo mejor de la sociedad y al que le debemos que haya trabajo. Y el crear empresa le da derecho a la explotación. El capitalismo se presenta como el único y mejor sistema posible, todas las alternativas a ese sistema son malvadas e imposibles y es absolutamente inútil intentar cambiar las cosas porque todos los resultados serán siempre peores. Esa es su propaganda, siempre evitarán que prosperen las políticas de igualdad y del bien común con los medios a su alcance.
 Dentro del movimiento de emancipación y empoderamiento popular habrá que corregir errores, saber construir la unidad en base a un diálogo igualitario entre todos los que están interesados por un sistema de bien común, donde la libertad individual termine donde empieza el derecho del prójimo. Un sistema con libertad de expresión, con libertad para emprender, asociarse, colaborar, inventar, descubrir, compartir… pero no para explotar y abusar de otras personas y acumular riqueza y poder en base a esa explotación y ese abuso. 
Hay que saber construir esa unidad popular y hay que construirla con sensibilidad, con mucho respeto entre todos y todas y escuchándonos unos a otros, porque hay muchos temores y recelos por parte de algunos sectores populares debido a experiencias negativas asociadas a actuaciones erróneas de gobiernos o grupos relacionados con los intentos de cambio de sistema, y mucha propaganda en contra, por parte de la minoría privilegiada y aferrada a su poder, generalizando los errores e incluso inventándolos y mintiendo o tergiversando. Es importante escuchar todos esos temores y recelos, corregir o evitar las actuaciones que los generan y construir un espacio democrático donde la mayoría social se sienta incluida y con la seguridad de que nos escuchamos entre todos y nos tenemos en cuenta. Tarea difícil por la dificultad para entendernos y para llegar a acuerdos.
Me apena ese sector del pueblo trabajador (vive de su trabajo y no de rentas del capital) que comparte los intereses de la mayoría social y que incluso es defensor  del bien común y los servicios públicos pero que se posiciona en contra de los movimientos populares actuales que intentan empoderarse para conseguir cambios en pos de ese bien común, compartiendo y promocionando los mismos ataques contra ese movimiento, que los que provienen de la minoría privilegiada, como si de esa minoría representada por los partidos que defienden su sistema neoliberal capitalista pudiera provenir cambios profundos que contemplaran el bien común. 

El movimiento ciudadano necesita de aportaciones que lo mejoren, de intervenciones y prácticas que profundicen la democracia interna y el respeto entre la pluralidad de sus componentes, pero atacarlo para destruirlo al igual que le interesa a la minoría privilegiada, es un error de algunos sectores pertenecientes a la mayoría social.

domingo, 5 de julio de 2015

Expresar las propuestas, los temores, escuchar, reflexionar y tenerlos en cuenta,

¿Como surge el movimiento obrero y a quién representa la izquierda? _ Surge  como respuesta a las condiciones de extrema explotación y de extrema pobreza a las que estaba sometida la clase trabajadora. Representa la reivindicación del derecho de los trabajadores a participar en los beneficios que se obtienen con su trabajo y en la propiedad de los medios de producción, a la creación de los cuales también contribuye con su trabajo y de la que está marginado, teniendo derecho según el sistema capitalista solamente a un salario, que por parte del empresario siempre procurará que sea el mínimo posible. 
¿Quién es el verdadero enemigo de la izquierda? Está claro, la gran patronal y los grandes mercados financieros. ¿Quién tiene verdadero y fundamental interés en desprestigiar a los movimientos ciudadanos que verdaderamente reclaman su derecho a participar en un reparto justo de la riqueza? _Los grandes empresarios y los grandes mercados financieros.
Los partidos que han dirigido la lucha obrera a lo largo de la historia han cometido errores, han caído en contradicciones, y debido a ello también son responsables de la situación actual de afianzamiento del poder del capitalismo. Y todos esos errores y contradicciones son muy bien aprovechados por los representantes del capitalismo para desprestigiar los movimientos reivindicativos de los derechos del pueblo trabajador y evitar que sean apoyados por las clases populares.
No nos engañemos, las advertencias por parte de los representantes del capitalismo sobre los que ellos llaman populistas, de que están manipulando etc. a la ciudadanía (y para ello buscan y rebuscan todo tipo de declaraciones, detalles... lo que sea) son a la vez manipulaciones para evitar que progrese ningún movimiento que ponga en peligro su poder.
No creo en la perfección de nadie ni de nada (El que esté libre de culpa que tire la primera piedra, dijo Jesús de Nazaret) Pero lo que tengo muy claro es del bando que soy; y dentro de ese bando creo que hay que corregir errores, incoherencias, contradicciones, hacer autocrítica, aprender de las equivocaciones, escuchar de todos, lo bueno y lo malo que digan. De forma independiente y crítica busco adherirme a las alternativas que reclaman los derechos negados a los trabajadores, exigiendo una democracia que a la vez que representativa sea participativa, un sistema con equilibrio entre los derechos individuales y colectivos que trabaje en serio para erradicar la pobreza y elevar el nivel de bienestar integral de todos y todas.

Creo que es muy importante que reflexionemos a la hora de rechazar y criticar alternativas, a quien beneficia ese rechazo y a qué poder fortalece. No es lo mismo criticar una alternativa para que mejore y se haga más auténtica, que criticarla para hundirla y que el enemigo de todos, que son los grandes lobbies empresariales y los grandes mercados financieros fortalezcan su poder y el control real que tienen sobre los estados y las personas. La única fuerza de los trabajadores es la unión, la acción conjunta. Si no somos capaces de confluir y crear esa unión difícilmente conseguiremos que se respeten nuestros derechos. Y si queremos confluir y crear esa unión entre el pueblo trabajador, y las personas de buena voluntad que se quieran unir, tendremos que transformar las críticas corrosivas entre los que pertenecemos al mismo pueblo, en diálogo constructivo superador de diferencias no significativas.